Reclamación de herencias

En Derecho, se conoce como herencia al acto jurídico en virtud del cual una persona que fallece transmite sus bienes, derechos y obligaciones (deudas) a otra u otras personas, los denominados herederos. Un heredero, por su parte, es la persona física o jurídica que tiene derecho al total o a una parte de los bienes de una herencia.

El régimen jurídico que regula las herencias es el Derecho de Sucesiones, y además están sujetas a la correspondiente legislación sobre el impuesto sobre sucesiones y donaciones.

En España sólo puede reclamar la herencia quien tenga derecho a ella como heredero testamentario o intestado (cuando no hay testamento o cuando es declarado nulo). Se trata de los parientes más próximos que se convocan por el estado a declaración de herederos:

• Los hijos son los que tienen prioridad en la línea sanguínea, sin importar si fueron concebidos o no dentro del último matrimonio, debido a que son descendientes naturales.
• Si hay hijos pero no están vivos, los beneficiarios serán los nietos.
• Cuando no hay descendientes directos, serán los ascendientes; esto es, los padres del fallecido.
• A falta de descendientes y de ascendientes, heredará el cónyuge.
• A continuación irían los familiares colaterales (hermanos, sobrinos y medios hermanos).
• Por último, los primos sólo recibirán una proporción si faltan todos los anteriores.

Hasta aquí llega la línea sanguínea, y nadie más puede reclamar a menos que sea nombrado al otorgar testamento.

Algo fundamental cuando se gestiona una herencia es reunir todos los documentos que servirán como base para los trámites futuros. Algunos de los más importantes son:

• Certificado de defunción: documento que acredita que la persona ha fallecido realmente.
• Certificado del Registro General de Actos de Última Voluntad: documento por el cual se comprueba si la persona fallecida otorgó testamento válido o no en cualquier momento de su vida, y ante qué notario.
• Certificado del Registro de Seguros con Cobertura de Fallecimiento: documento que atestigua si la persona fallecida tenía contratado un seguro de vida. En caso de ser así, se podrán reclamar las cantidades que correspondan a la aseguradora.

Haya o no testamento, se deberá de proceder con el inventariado de los bienes. Las deudas también deberán ser inventariadas y valoradas. Los herederos están obligados a hacerse cargo de las deudas, y podrán incluso renunciar a la herencia si estiman que hay más pasivos que activos.

Una vez tengamos la información de los bienes que tenía el fallecido, deberemos dirigirnos al resto de herederos para llevar a cabo la escritura de aceptación de herencia por vía notarial. Si esto no es posible, deberemos instar un procedimiento judicial de partición de la herencia, que será un proceso más largo y costoso, pero con el asesoramiento correcto, muy efectivo y necesario.

En España no existe la posibilidad de que la herencia se quede sin dueño. En el caso poco probable que no exista ningún heredero (como hemos visto, el parentesco se remonta a un grado de consanguinidad muy lejano) ni nadie que reclame la herencia, la legislación establece que heredará el Estado.

Lo que hace el Código Civil en estos casos es repartir los bienes a distintos niveles (municipal, provincial y estatal), y destinarlo especialmente a instituciones benéficas como hospitales, organizaciones sin ánimo de lucro, etc.

La reclamación de la herencia se conoce también como acción de petición de herencia, y la ejerce el heredero frente a quien está en posesión de los bienes. Como es lógico, para reclamar una herencia existen unos plazos.

La acción de petición de herencia está sometida al plazo de prescripción de 30 años que el art. 1963 del Código Civil fija para el ejercicio de las acciones reales sobre bienes inmuebles, independientemente de cuáles sean los bienes que integren la herencia (sean inmuebles o de otro tipo).

El plazo comienza a contar el mismo día en que el heredero tiene conocimiento de la muerte del causante de la herencia o el poseedor aparente empieza a poseer los bienes "animo suo"; es decir, exteriorizando su intención de hacerlos propios como si fuera su dueño, comportándose como tal y negando a los demás el carácter de herederos.

¿Se puede reclamar una herencia después de haber renunciado a ella?

La renuncia es irrevocable. Así pues, si se renunció a la herencia en el pasado, no se puede reclamar más adelante. Por eso es una decisión que hay que meditar bien, sopesando los pros y los contras. No actuar impulsivamente y estar bien asesorado es fundamental.