Abogados expertos en estafas de criptomonedas

Las criptomonedas (también llamadas criptodivisas o criptoactivos) son activos digitales que funcionan como medios de intercambio y pago. Su principal característica consiste en la utilización de métodos criptográficos para asegurar sus transacciones financieras, al tiempo que controlan la creación de nuevas unidades y verifican la transferencia de activos, garantizando su titularidad.

A diferencia de la moneda tradicional, una criptomoneda no tiene forma física, sino que se almacena en una cartera digital; una base de datos descentralizada conocida como "blockchain". Se trata de un sistema que permite realizar transacciones seguras entre personas de todo el mundo sin necesidad de intermediarios.

Una vez realizada la transacción, ya sea compra o venta de criptomonedas, no es posible cancelar la operación o borrar datos, sino que es necesario ejecutar la transacción contraria a la efectuada en primera instancia.

Las criptomonedas no tienen la consideración de medio de pago a nivel gubernamental, lo que significa que no se encuentran reguladas, respaldadas ni controladas por ninguna institución como un banco central o autoridad pública. Asimismo, no requieren de intermediarios en las transacciones, no habiendo más control que el establecido por la blockchain.

Desde el punto de vista legal, el Banco de España informa de que las criptomonedas:

• No tienen la consideración de medio de pago.
• No cuentan con el respaldo de un banco central u otras autoridades públicas.
• No están cubiertas por mecanismos de protección al cliente como el Fondo de Garantía de Depósitos o el Fondo de Garantía de Inversores.

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y el Banco de España vienen advirtiendo desde hace tiempo de los riesgos de los criptoactivos. La operativa anónima, la custodia de claves, la protección de inversores y la volatilidad de la moneda son factores que favorecen la ciberdelincuencia.

Además, su fuerte dependencia de tecnologías poco consolidadas no excluye la posibilidad de fallos operativos y amenazas cibernéticas que podrían suponer indisponibilidad temporal o, en el peor de los casos, la pérdida total de las cantidades invertidas.

Con todo, la Comisión Europea ya está trabajando para elaborar una regulación que permita ofrecer cierta seguridad jurídica a los inversores que decidan adentrarse en transacciones a través de este medio digital de intercambio.

Algunas de las estafas más comunes que se producen con criptomonedas son:

• Websites fraudulentas: se trata de páginas web que imitan fielmente el aspecto de empresas originales y verificadas, incitando a la confusión al usuario y dirigiéndole, a través de URL falsas, a otras plataformas no pertenecientes a la empresa para efectuar un pago.
• Aplicaciones móviles falsas descargables a través de Google Play o la App Store de Apple con trampas visuales en el logotipo o en su apariencia que pasan casi inadvertidas para el inversor.
• Redes Sociales: muchos estafadores suelen captar a sus víctimas a través de anuncios y ofertas en los Social Media.
• Estafas piramidales y esquemas Ponzi: se atraen inversionistas prometiendo grandes ganancias por afiliarse, pero donde los altos ingresos recibidos proceden del dinero de los nuevos socios inversores, no de las ganancias del negocio. Suelen utilizar influencers como reclamo.
• Chiringuitos financieros: son entidades y personas que no figuran autorizadas para actuar en los mercados de valores y que, en consecuencia, no se encuentran sometidas a los controles por parte de los organismos supervisores. Ofrecen grandes beneficios con poco riesgo.